Envejecer es
parte del ciclo de la vida, tanto en el reino humano, animal o vegetal.
Nacemos, cumplimos una función, envejecemos y luego morimos.
Cuando éramos niños
los días parecían lejanos, luego las semanas, los meses, hasta llegar al
momento que los años ya pasan volando. ¿Cual es uno de los secretos de
envejecer bien?, vivir cada etapa de la vida plenamente. Cada edad tiene sus ventajas y sus desventajas,
cada edad tiene su encanto y su dificultad, es el saber vivirlo plenamente y
vivir lo que corresponde para la edad que tenemos, que hace que el paso de los
años no nos pesen o por lo menos no nos pesen tanto. Si logramos esto, el
envejecer se hace parte natural de la vida, y aprovechamos los regalos que esta
etapa también nos brinda. No digo que necesariamente es fácil, pero se puede
lograr llegar a viejo, en paz con uno mismo y con la vida, es un arte que hay
que aprender, y bien vale la pena aprenderlo!!
A través de los
ciclos del planeta Saturno en el cielo, podemos ver su correspondencia con la
vida humana. Saturno tiene un ciclo de veintinueve años, así divide la vida
humana aproximadamente en tres ciclos o tres etapas de vida así llevándonos
hasta los ochenta y siete años.
1° Ciclo de Saturno
De nacimiento
hasta los veintinueve años vivimos el primer ciclo de Saturno y nos debemos a
la familia de infancia y funcionamos básicamente con los códigos de nuestras
familias. En un comienzo obedecemos a nuestros padres y seguimos sus modelos.
Papa dice y piensa, Mama dice y piensa, seguimos modelos de la familia que
también vienen de los abuelos, tanto en nuestros modales, formas de pensar,
carrera, escogencias de pareja, modelos de relación y así consecutivamente,
conscientemente o inconscientemente, pero los modelos de la familia marcan
profundamente. Esta es la etapa de formación y preparación para la vida.
2° Ciclo de Saturno
Entre los
veintiocho y los treinta años hay profundos cambios y así a los veintinueve años
se cierra el primer ciclo de Saturno y comienza el segundo ciclo. Este ciclo nos lleva hasta los
cincuenta y ocho años. Ahora y en este segundo ciclo de Saturno nos debemos a
la sociedad, cualquiera que sea la sociedad a donde hemos escogido vivir. Empezamos
de alguna forma de buscar nuestros propios caminos en la vida. Nos hacemos
adultos dispuestos a emprender nuestras
propias experiencias, cometer nuestros propios errores y asumir
responsabilidad por estos errores. Esto es en todos los territorios, profesión,
relaciones, hijos, política, religión. Esta es la etapa de plenitud, somos jóvenes,
llenos de ilusiones, expectativas, vitalidad y energía para enfrentar la vida y
el mundo. Pareciera que nada nos puede detener.
Entre los
cuarenta y los cuarenta y cinco años, esto es la mitad del segundo ciclo de
Saturno, nos damos cuenta que
estamos en la mitad de la vida, hay que revisar nuestras metas para ver si el
camino que escogimos es el correcto, y si no, hay que hacer los cambios
necesarios. Aun estamos lo
suficientemente jóvenes para hacer grandes cambios en la vida, en cualquier
sector de nuestra vida, pero tiene que ser ahora, no para después de los
cincuenta. Después de los cincuenta, aunque aun jóvenes y con mucha energía,
nos empezamos a dar cuenta que las cosas no son como antes y por lo tanto hay
que aprovechar bien estos años.
3° Ciclo de Saturno
Aquí ya llegamos
a los cincuenta y ocho y cerramos el segundo ciclo de Saturno. Empezamos el tercer y último ciclo de
Saturno. Ya no nos debemos a la sociedad si no a nosotros mismos. Para esta etapa, los hijos han crecido
y están por graduarse o ya lo han hecho, y están empezando a dejar el nido. Por
esta edad se empieza a pensar en el retiro del trabajo, y que es lo que uno va a
hacer con su vida después de esto. Este es un tiempo muy importante porque aun
estamos llenos de energía y de expectativas pero reconocemos que ya los años
están pasando, los jóvenes ya toman nuestros puestos. Ya estamos entrando en el
tercer tercio de vida, y nos preguntamos ¿qué vamos a hacer con esta etapa? Es importante tomar en cuenta que
nuestra energía física está bajando pero nuestro conocimiento y sabiduría de
vida está en aumento, así hay que escoger actividades o trabajo que tomen esto
en cuenta. Esta es la etapa para
hacer las cosas que siempre quisimos hacer pero no había tiempo por las responsabilidades
de familia y trabajo. Es la etapa para plenitud personal, ya cumplimos con la
familia de infancia, ya cumplimos con lo que la sociedad esperaba y exigía de
nosotros y ahora hay que cumplir con nosotros mismos. Podemos seguir trabajando
pero en algo un poco más suave, y así con cualquier actividad, pero de acuerdo
con un cuerpo que ya no tiene la energía de los treinta ni los cuarenta. En los
años de los sesenta aun hay energía y quisiéramos seguir como antes pero se van
acercando los setenta y hay que reconocer que los años han pasado.
Y de aquí seguimos
envejeciendo poco a poco, reconociendo el paso de los años, agradeciendo todo
lo que vivimos, hicimos, las alegrías y las tristezas, todos son parte del
camino de la vida. Todas esas experiencias hacen que seamos los viejos que
somos, llenos de gratitud y aceptación por el paso de los años vividos, en paz
con nosotros mismos y con la vida, aceptando vivir el día como viene, aceptando
que ya estamos en el último ciclo de la vida.
Con
este escrito comparto con ustedes los setenta años que cumplí en abril. Los años
vividos me pesan físicamente mas no en las experiencias vividas. Les agradezco
a cada uno de ustedes que han compartido poco o mucho tiempo en el camino de mi
vida, todo lo que aportaron y siguen aportando para que yo sea quien soy hoy en
día.
Vivan la vida plenamente para que cuando
lleguen a esta edad puedan decir: ¨confieso
que he vivido!¨
Abrazo grande a todos.
Gill