Pertenezco a la tercera edad, trabajo con la tercera edad pero no había tendió la oportunidad de compartir íntimamente con la tercera edad avanzada y bien vivida.
Entre a un grupo para encuentros de la tercera edad esperando encontrarme con otras de mi edad, pero era un grupo de mas edad que yo, incluso algunas tienen hijos cerca de mi edad.
Me impacto ver como se puede llegar hasta esa edad, a pesar de los achaques físicos, con ánimo, valentía, optimismo, esperanzas.
Una vez a la semana se levantan, se visten, se arreglan, se maquillan y llegan, algunas ya con bastón, a su encuentro semanal, donde compartimos unos ejercicios tantos físicos como mentales, muy bien escogido y dirigidos, y luego salimos para almorzar y compartir. Las que toman piden su aperitivo, las otras un refresco o agua, y se pide el almuerzo, ofreciendo compartir platos. La conversación, es animada, interesante, a veces con recuerdos, o hechos de la semana, esposo, hijos, nietos, bisnietos, interesadas la una por la otra, pendientes si alguna falto para luego llamarla. Y ahí nos quedamos, tomando un café, luego un te, hasta que empieza a oscurecer, y cada una es recordada que tiene una casa, o acompañada o sola ya, donde necesita volver y retomar su vida, reconfortadas con la idea de que la próxima semana se vuelven a juntar, hay una continuidad.
Este es la tercera edad vivida bien, aceptando el paso de los años como vinieron y siguen viniendo, sin saber que va traer el mañana, pero disfrutando de un rato de compañerismo en el día de hoy.